La marca sueca podría
convertirse en el primer fabricante en incorporar este sistema en vehículos de
producción en serie.
Hasta ahora, lo más
parecido al KERS utilizado en Fórmula 1 eran los sistemas de ayuda a la recarga
de las baterías, bien en vehículos híbridos o bien en modelos con motor
térmico.
Aunque en todos estos
casos se produce un importante ahorro energético (ya que gracias a esta energía
acumulada al frenar se pueden asistir equipos auxiliares como el aire
acondicionado o la radio sin necesidad de un alternador), nunca se había
aplicado la fuerza acumulada en el volante de inercia directamente sobre las
ruedas traseras. Y aquí es donde Volvo puede convertirse en pionero.
El KERS en cuestión está planeado para que
algunos de sus modelos puedan incorporarlo dentro de pocos años. Según este
fabricante, el volante de inercia podría llegar a acumular la energía
suficiente para girar a 60.000 revoluciones por minuto y aplicar la potencia
equivalente a 80 cv directamente sobre el eje trasero.
Este sistema será especialmente útil al
detener el coche por completo y volver a ponerlo en movimiento, como por
ejemplo, al llegar a un semáforo. Aunque Volvo no dice durante cuánto tiempo
estaría disponible esta 'fuerza extra', la estimación de ahorro por parte de
los suecos es de hasta un 20%.
El KERS tampoco
repercutiría negativamente en el peso total del vehículo, ya que está
construido en fibra de carbono y apenas sumaría 6 kilos al conjunto.
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